Un trocito de mi


MIS PADRES, MIS HÉROES 



Soy el resultado de dos seres excepcionales que hace cuarenta años decidieron unir sus vidas para formar una sola, a través del matrimonio.

Cuatro décadas de altas, bajas, muy bajas, pero en la que nunca nos ha faltado lo más importante, EL AMOR.

En cada decisión o proyecto que emprenden siempre priorizan el bienestar de su prole.

Son padres atentos, amables, cercanos, comprensivos, amistosos, abiertos, sensibles, cariñosos, amorosos, luchadores, trabajadores, honestos y sobre todo responsables…

En momentos en que no había para comprar zapatos, siempre llevamos chancletas, pero no cualquier, las más limpias y cuidadas.

Cuando no alcanzaba para ropa, siempre lucíamos con alegría los remiendos que con sus hábiles manos mami realizaba. Una vestimenta humilde, pero inmácula.

En días que se dificultaba conseguir los alimentos, papi madrugaba para encontrar cualquier oferta de trabajo sin importar lo duro que este fuera, el único requisito, siempre, que fuera digno. Desde que recibía el pago por el jornal llegaba feliz con los alimentos que necesitábamos.

La falta de recursos no impidió que estudiáramos, ambos han estado siempre pendiente tanto de nuestra formación como de nuestra educación. Por eso cuando ingresamos a la escuela llegamos alfabetizados. Papi se encargaba de matemáticas, mami de lectoescritura y los dos nos enseñaron las primeras lecciones en todas las demás áreas.

Las limitantes han sido muchas, pero nunca han superado EL AMOR Y LA ENTREGA que cada día nos ofrecen, por eso no me alcanza la vida para agradecerles.

¡Salud y larga vida para mis progenitores!

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